Los tensioactivos son compuestos increíblemente versátiles con una amplia gama de usos, desde limpieza y cuidado personal hasta aplicaciones industriales y alimentarias. Su capacidad para reducir la tensión superficial, mezclar sustancias incompatibles y crear espuma los convierte en una parte indispensable de muchos productos que utilizamos todos los días.
Tienen carga negativa y se usan comúnmente en productos de limpieza como detergentes para ropa, jabón para platos y champú. Ejemplos de tensioactivos aniónicos incluyen laurilsulfato de sodio y laurethsulfato de sodio.
El carbonato de potasio (K2CO3), como compuesto inorgánico común, ha sido ampliamente estudiado y utilizado desde la antigüedad debido a sus propiedades químicas únicas y sus aplicaciones versátiles.
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